¿Ha cambiado nuestra especie? ¿Somos los mismos que hace 10.000 años?
¿Hemos cambiado respecto del paleolítico?
Transcripción del vídeo
¿Hemos cambiado o somos los mismos?
Cuando hablamos de seguir un estilo de vida más paleo, ya sea con dieta o cualquier otro aspecto ambiental, hay una discusión que aparece muchas veces.
Un debate entre dos posturas.
Una parte defiende que nuestra especie ha cambiado, que hemos evolucionado respecto a nuestros antepasados del paleolítico.
La otra defiende que no. Que somos los mismos.
Ambas posturas hacen referencia (o al menos el debate aparece) cuando la parte paleo, defiende que nuestro ambiente moderno, nos está perjudicando.
Mientras que la otra, que por lo general trata de justificar una dieta occidental (porque muchas veces el debate suele empezar por la dieta). Defiende que hemos cambiado.
Mi postura como podrás imaginar es la que defiende que somos los mismos. Que no estamos preparados para nuestro ambiente moderno.
Y de eso voy a hablar. De que no hemos cambiado.
Pero antes, veamos si tienen o no razón aquellos que defienden que sí lo hemos hecho.
¿Hemos cambiado como especie?
Si nos comparamos con los homo sapiens que salieron de África hará unos 70.000 años, de los que todos descendemos, encontraremos diferencias que podremos ver a simple vista.
Por ejemplo el color de la piel. En Europa, somos mucho más blancos. Segregamos menos melanina que por ejemplo en Asia o en África.
El color de la piel es muy superficial, aunque es un órgano muy importante. Por ejemplo cuando le da el sol, nos provee de vitamina D.
El color de la piel es una cambio en nuestra especie.
Otro cambio es que hoy hay gente que puede digerir el azúcar de la leche.
Se trata de un tema genético. Dos cambios producidos uno en Europa y el otro en África.
Dos cambios diferentes que han dado lugar a una selección natural. Lo que implica que hoy, algunos de nosotros, podemos beber leche una vez finalizado el periodo de lactancia, sin que tengamos problemas digestivos.
En la Península Ibérica aproximadamente la mitad de los individuos pueden digerir la lactosa.
La mitad son muchos, es un cambio importante.
Desde la perspectiva de la lactasa, la enzima que mantienen los tolerantes al azúcar de la leche, es un tema genético y es otro ejemplo de que hemos cambiado.
Pero hemos cambiado más cosas.
La malaria es una enfermedad que ha matado a muchísima gente.
Existe una genética que es incompatible con la malaria. Así que aquellos individuos que tienen esa genética incompatible con la enfermedad, tienen más probabilidades de sobrevivir y reproducirse.
Como esta enfermedad ha matado a tanta gente, volvemos a tener selección natural y cada vez hay más individuos que son inmunes a la malaria.
Volvemos a tener un tema genético. Diferencias entre individuos que han otorgado una ventaja evolutiva a uno de los grupos.
Pero hay más aspectos genéticos, podríamos seguir y enumerar muchos cambios.
Hay libros que sólo hablan de eso.
Desde este punto de vista, aquellos que defienden que somos distintos, tienen razón.
Unos pueden enfermar de malaria y otros no.
Unos pueden beber leche y otros no.
Pero ¿eso nos hace distintos?
Si somos tiquismiquis, pues sí. Somos distintos.
Pero ¿Son estos argumentos suficientes para defender que estamos adaptados a este nuevo ambiente?
Podemos beber leche sin que nos duela la barriga.
Bueno, algunos pueden beberla. Otros no.
Entonces: ¿Por qué defiendo que somos los mismos?
¿Por qué defiendo que no hemos cambiado?
¿Somos los mismos que en el paleolítico?
Cuando digo que no hemos cambiado, que somos los mismos, me refiero que no estamos adaptados a este nuevo ambiente. No pertenecemos a este mundo moderno.
Beber leche o no beber leche.
Algunos pueden beber leche, vale. Pero si no bebes leche, no te va a pasar nada. No se trata de una necesidad biológica.
Que algunos individuos no pueden enfermar de malaria una vez expuestos al parásito. Perfecto, pero no pasa nada si no se exponen al parásito.
¿Pero sabes una cosa?
Sí que pasa si no te da el sol. Sí que pasa si no sintetizas vitamina D. No estamos preparados para hacer vida en interiores como lo hace nuestra sociedad moderna.
No estamos preparados para una dieta sin vitamina D.
Para funcionar correctamente necesitamos los mismos niveles de vitamina D que necesitábamos hace 10.000 años, porque nuestra expresión genética depende de esta vitamina. Nuestro núcleo celular la necesita. Allí tenemos receptores para esta vitamina.
En el núcleo de nuestras células.
Receptores que responden exactamente ante la misma molécula. La que inicia su viaje cuando el sol alcanza nuestra piel. La misma molécula. Que se sigue fabricando del mismo colesterol cuando le da la misma frecuencia ultravioleta.
También tenemos receptores para la misma vitamina A que existía en el pleistoceno. Exactamente la misma molécula. Y la seguimos necesitando, en la misma cantidad. Nuestro cuerpo hoy, la sigue necesitando igual que ayer.
Y lo mismo con las vitaminas del grupo B, las mismas moléculas. La misma vitamina B12 producida por las mismas bacterias. La misma vitamina K.
No estamos preparados para carecer de estas moléculas.
No existen diferencias en ellas. No han cambiado. Lo que ha cambiado es su ingesta, nuestra dieta.
Las membranas de tus células necesitan exactamente las mismas grasas omega 3. EPA y DHA. Forman parte de nuestra especie. De cómo estamos fabricados. Son parte estructural de las membranas de tus células.
Sin estas molécula, tus células no pueden estar sanas.
Estas grasas no han cambiado. Son los mismos omegas que comíamos en el paleolítico. Y tienen que mantener las mismas proporciones con el omega 6 que las proporciones que teníamos hace miles de años.
Si no mantenemos estas proporciones, enfermamos.
Y en el mundo occidental, no se mantienen.
La serotonina sigue fabricándose a partir del triptófano, que tiene que venir de tu dieta sí o sí. Como ocurría hace 10.000 años.
Exactamente las mismas moléculas y las mismas rutas enzimáticas. Exactamente el mismo neurotransmisor con el que fabricarás melatonina.
Exactamente la misma hormona.
Y la fabricarás cuando haya oscuridad. No cuando tengas la luz encendida. Una hormona que antes se fabricaba durante 12 horas, todos los días.
¿Tienes 12 horas de oscuridad todos los días?
Porque necesitas esa molécula.
Podríamos seguir.
Las mismas moléculas exactamente, las mismas combinaciones de átomos. Sin diferencia. Eso es lo que necesitamos.
Lo que implica que necesitamos la misma materia prima para fabricarlas. Exactamente necesitamos meter en nuestro cuerpo las mismas moléculas, las misma materia prima.
La misma dieta.
Si no metemos la misma materia prima, todo el sistema comenzará a fallar.
Puedes comparar el omega 3 que comíamos todos los días con carne o pescado salvaje con el omega 3 de los platos de macarrones y el pan que come nuestra sociedad hoy.
Todas esas grasas animales que forjaron nuestra especie, que nutren todas las células de tu cuerpo, las seguimos necesitando.
No estamos preparados para dejar de comer todos esos nutrientes. Las mismas moléculas en las mismas cantidades y en las mismas proporciones.
No estamos adaptados para cambiar nuestra dieta. No estamos adaptados a una dieta sin grasa.
Necesitamos la misma materia prima.
Tampoco estamos adaptados para que no nos dé el sol. Necesitamos la misma vitamina D.
Tampoco estamos adaptados para permanecer sentados todo el día en un sofá. Necesitamos movernos. Mover todas estas moléculas, bombeando la sangre y transformandolas en otras.
Nuestros músculos y nuestros huesos necesitan la misma actividad física para segregar exactamente las mismas moléculas que segregaban nuestros antepasados.
Exactamente las mismas moléculas que tenían que mover nuestros antepasados del paleolítico.
Sin esas moléculas, acabaremos enfermando.
Porque somos la misma especie, y las necesitamos.
Porque desde esta perspectiva, no hemos cambiado.
No te va a pasar nada si no bebes leche. Pero sí que te pasará si no tienes la misma vitamina D que tenían nuestros antepasados.
Te pasará algo si no metes el mismo omega 3 (EPA y DHA). Te pasará si no metes las mismas moléculas. La misma vitamina A, las mismas vitaminas K o las mismas vitaminas B.
Te pasará si no segregas las mismas hormonas y neurotransmisores y para ello necesitas además de la misma materia prima, los mismos detonantes.
Los mismos estímulos ambientales.
La misma actividad física, la misma dieta, la misma luz, la misma oscuridad o el mismo estrés.
Esto es así, porque somos los mismos que nuestros antepasados del paleolítico.
Somos los mismos animales.
No estamos preparados para este nuevo ambiente.
Si cambiamos el ambiente, enfermamos. Es cuestión de tiempo.
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