Ritmos circadianos
¿Cómo afecta la luz azul a la melatonina y los ritmos circadianos?
Transcripción del vídeo
Hola, bienvenido a otro vídeo de paleolítico feliz, en el cual vamos a tratar de explorar uno de los cambios más importantes que se han producido en nuestro ambiente y que tiene muchísima relevancia para nuestra salud.
Vamos a hablar de la luz, centrándonos en la frecuencia azul y en la relación que mantiene esta luz azul con nuestros ritmos circadianos.
En particular trataremos de comprender por qué es perjudicial para nuestra salud la forma en que nos relacionamos con la luz en las sociedades modernas y lo haremos desde el punto de vista de estos ritmos circadianos.
La afectación de la luz eléctrica en nuestra sociedad moderna es de tal magnitud, que da para muchos vídeos. En este en particular, nos centraremos en la luz azul.
En primer lugar debemos retroceder en el tiempo unos 300 años aproximadamente, porque la revolución industrial es uno de esos momentos históricos en los que nuestro ambiente sufrió cambios abismales.
Durante este periodo tienen lugar algunos de los mayores cambios de la historia de la humanidad.
Lo que nos interesa aquí, en este vídeo, es que se inventó la electricidad y también la bombilla incandescente.
A una velocidad de vértigo la luz eléctrica logró conquistar todos los hogares y centros de trabajo modernos.
Si hace 300 años el fuego era la fuente de luz artificial, hoy utilizamos luz eléctrica.
Pero para entender el problema, tenemos que ir por partes.
En primer lugar, tenemos que saber que el espectro de luz, es el conjunto de todas sus frecuencias.
Y que cada frecuencia (del espectro visible) la vemos como un color.
Nosotros, somos animales que hemos evolucionado con estas frecuencias a lo largo de millones de años, por tanto hemos desarrollado mecanismos mediante los cuales mantenemos una interacción muchas de ellas.
Por ejemplo, nuestra piel reacciona ante la frecuencia UV produciendo diversas moléculas como melanina o vitamina D.
Reaccionamos de diferentes formas en función de la frecuencia que alcanza nuestro cuerpo pero también dependiendo de en qué parte de nuestro cuerpo alcance.
Porque somos seres fotosensibles. Reaccionamos ante la luz.
Nuestra piel y nuestros ojos son nuestros órganos externos fotosensibles. Y la reacción que se produce cuando reciben luz, desencadena algún tipo de comunicación hacia otras partes del cuerpo. Ya sea a través de hormonas o vía neuronal. La cuestión es, que cuando recibimos luz, iniciamos procesos de comunicación.
Aquí tenemos el punto 1: Somos fotosensibles.
Y aquí te aviso de que yo no soy biólogo. Sólo soy una persona que trata de solucionar sus problemas de salud. Intento comprender qué me pasa y por qué me pasa, para poder remediarlo. Y como hay más gente que está en la misma situación que yo, lo comparto.
¿Vale?
Continuemos.
Entonces, somos fotosensibles.
Los ojos son órganos fotosensibles. Reaccionan de muchas maneras. Por ejemplo, a través de los conos y de los bastones, transmitimos señales al cerebro que las interpreta como imágenes.
Pero también tenemos otras células en la retina, que reaccionan ante la luz, en particular reaccionan ante la frecuencia azul. Y esta reacción desencadena unas señales nerviosas que acaban llegando a nuestro reloj biológico central.
En concreto se trata de unas células ganglionares recubiertas de un pigmento llamado melanopsina. Y es precisamente este pigmento que reacciona ante la frecuencia de luz azul.
Cuando estas células reciben la frecuencia de luz azul, inician una comunicación neuronal que llega al Núcleo Supraquiasmático, que para los que no somos biólogos es nuestro reloj biológico central.
Y este reloj, reacciona ante estas señales.
Es decir, que el NSQ, nuestro reloj biológico, recibe estímulos cuando la luz azul alcanza nuestra retina.
Y ¿qué hace la luz azul en nuestro reloj biológico central?
Ajusta su hora. En concreto le indica que es de día.
Así que una de las consecuencias de que llegue luz azul a nuestra retina es que nuestro reloj central ajusta su hora.
Ya tenemos el segundo punto: 2.- La luz azul ajusta la hora nuestro reloj biológico (NSQ).
Pero debemos saber, que el reloj biológico central no es el único reloj que tenemos.
Existen los llamados relojes periféricos. A grandes rasgos, podríamos decir que cada órgano tiene su propio reloj periférico.
Esto lo encontramos en los libros de cronobiología.
Y el reloj central ajusta a su vez, la hora de los relojes periféricos.
Aunque esta comunicación es bidireccional, lo que nos interesa aquí, en este vídeo, es que la hora que marque el reloj central, influirá en el resto de relojes.
Y llegamos al punto 3: La luz azul también afecta a los relojes periféricos. (A los relojes de cada órgano).
Volvamos a la luz y a las frecuencias.
La luz azul es sólo una parte del espectro.
Recuerda que el espectro es todo el rango de frecuencias.
Lo interesante es que existen muchas frecuencias, muchos colores además del azul. Verde, amarillo, rojo, etc.
La azul es sólo la frecuencia que va desde los 400 a los 500 nm aproximadamente.
¿Y qué pasa si las juntamos todas?
¿Qué pasa si se juntan todas las frecuencias?
Ocurre que vemos luz blanca.
Así, cuando tenemos una bombilla o un led de color blanco, tenemos realmente unos cuantos colores. Y también el azul.
Esto es fácil de observar si jugamos con un prisma, donde al cambiar la dirección de la luz, se separan las distintas frecuencias. Entra luz blanca y obtenemos los diferentes colores del arcoiris.
Por tanto, donde hay luz blanca, hay varias frecuencias, varios colores, aunque no seamos conscientes de ello. Por ejemplo la frecuencia azul.
Y llegamos al punto 4: La luz blanca incluye la luz azul.
Esto se enfatiza con las bombillas LED, que tanto se están implantando en los países modernos. No se calientan como las bombillas incandescentes, por lo que tienen un consumo muy pequeño. Algo que los hace tremendamente atractivos.
Muchas bombillas LED blancas están fabricadas con fósforo amarillo añadiendo una importante punta de luz azul. Esto da una sensación de luz blanca, además de disminuir sus costes de fabricación, con lo que es atractivo también para los fabricantes.
Debido a esto, si comparamos el espectro de luz LED con el espectro de luz que hay en la naturaleza, observaremos una importante punta de luz azul en los LEDs, mientras que el espectro natural está bastante equilibrado en todas las frecuencias.
Si hemos comentado que la luz azul pone en hora nuestros relojes biológicos, y que está incluida en la luz blanca, la luz blanca también pone en hora nuestros relojes.
Informan a nuestro cuerpo que es de día.
Entonces, si existe algo en la naturaleza, que es regular, y que ha formado parte de nuestro ambiente durante toda nuestra historia evolutiva desde que el primer ser vivo habitara este planeta, es la rotación terrestre.
Y más concretamente, la luz y la oscuridad.
Así, hemos evolucionado con esta alternancia entre luz y oscuridad. Un ciclo completo que dura aproximadamente 24 horas y está con nosotros desde el inicio de los tiempos de este planeta.
Nos hemos desarrollado con los ritmos circadianos.
Y así nos hemos hecho. Con estos ritmos hemos evolucionado y hoy somos unos seres circadianos. Con órganos circadianos, hormonas circadianas, células circadianas y genes circadianos.
Si nos quitan estos ritmos, enfermamos.
Si los estímulos que recibimos del ambiente dejan de ser circadianos, nuestros relojes tratarán de cambiar su hora constantemente.
Dejarán de fluir con su ritmo natural.
Nuestros órganos no sabrán qué hora es. No sabrán si deben ponerse en marcha o descansar.
Irán cada uno a su ritmo. Dejarán de estar sincronizados unos con otros. Nuestros órganos no funcionarán en armonía los unos con los otros.
Como una orquesta donde cada instrumento toca a su ritmo y a su propia velocidad. Sin armonía.
Y eso es lo que hacemos cuando entra luz azul por nuestros ojos en una hora a la que no debería hacerlo.
Cuando vemos la televisión por la noche, respondemos un mensaje con el móvil o tenemos luces de color blanco encendidas en casa.
No es ninguna tontería.
Cuando el sol se pone, cuando comienza la noche y la luz de la naturaleza se va, en el mundo moderno la sustituimos con luz artificial.
Rompemos nuestros ritmos circadianos.
Y si hablamos de ritmos circadianos y luz azul, forzosamente debemos hablar de una de nuestras hormonas circadianas.
La melatonina. La hormona del sueño.
Un magnífico antioxidante que es capaz de circular por todo nuestro cuerpo. Atraviesa las membranas celulares y también entra en el núcleo, por lo que protege tu ADN del estrés oxidativo.
Será que no son importantes los antioxidantes endógenos.
Pues bien, esta hormona, tiene un ciclo de 12 horas entre que se empieza a segregar poco a poco, va aumentando, llega a su máximo y se va reduciendo para descansar las otras 12 horas que tiene el día.
Por eso es circadiana. Porque su ritmo es cercano a un día. 24 horas.
¿Sabes una cosa que inhibe su producción?
La luz azul que entra por tu retina.
Cuando la luz azul alcanza las células ganglionares de la retina, se produce una comunicación neuronal que inhibe una de las enzimas encargadas de producir melatonina.
Así, una de las condiciones para poder fabricar esta hormona, es la ausencia de luz. Con luz se inhibe su síntesis, prácticamente no se fabrica.
Una persona normal, en el mundo moderno duerme una media de 8 horas, si es que las duerme.
Lo último que hace antes de acostarse suele ser apagar la luz. Y lo primero que hace al levantarse, generalmente es encender la luz.
Así, tenemos en el mundo moderno una media de 8 horas de oscuridad, que implica 8 horas de producción de esta hormona.
Son 4 horas menos que las 12 que tendríamos en el ecuador terrestre, que más o menos es de donde venimos.
Son 4 horas menos, cada día, respecto a nuestros antepasados que no padecían las enfermedades de la civilización moderna.
4 horas menos de melatonina, cada día durante 10, 20, 30 o más años.
Son 4 horas diarias que dejamos de producir melatonina durante décadas.
¿Qué puede salir mal?
Además de ser un antioxidante endógeno, algo valiosísimo para nuestra salud, la melatonina ayuda a dormir.
Si tenemos bajos los niveles de esta hormona, nuestro sueño se verá perjudicado.
Deberíamos comenzar a sintetizar melatonina, por lo menos 1 o 2 horas antes de acostarnos. Y para eso necesitamos, que no haya luz azul.
Exáctamente como tenemos en la naturaleza.
¿Sabes por qué vemos el cielo rojo en un anochecer? Porque la frecuencia de luz azul es dispersada. Le cuesta más atravesar la atmósfera.
Y al no llegar esta luz azul, vemos el cielo algo más rojo. Una tonalidad de luz que deberíamos tener un buen rato antes de irnos a dormir.
Como tenemos en la naturaleza. La luz con la que hemos evolucionado.
Exactamente con el ambiente lumínico con el que hemos desarrollado nuestra fisiología.
Con luz azul sólo cuando el sol está en lo alto.
Si cuidas tu iluminación, cuidarás de tus ritmos circadianos y de tu melatonina.
Dos cosas que han cambiado muy recientemente.
Dos cosas, importantísimas para tu salud.
Gracias por ver este vídeo hasta el final y muchísimas gracias si sigues el canal.
Recuerda que tienes el enlace a la transcripción del vídeo, en la descripción de abajo.
Hasta otra!
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