¿Por qué es importante tener una microbiota saludable?
Microbiota y grupos funcionales
Transcripción del vídeo
Cuando hablamos de salud, de salud integral debemos hacer referencia forzosamente a la microbiota, que es una parte de nuestro cuerpo muy descuidado en el mundo moderno.
La microbiota son todos esos microorganismo (la mayoría bacterias) que viven en nuestro cuerpo. Porque microorganismos hay en todas partes, allá donde miremos hay bacterias y nuestro cuerpo está repleto de ellas.
Aunque infravalorada en el pasado, en la actualidad la ciencia sabe que la microbiota tiene una importancia vital para la salud de su huésped (en este caso, nosotros).
Como yo no soy médico, veremos por qué es importante tener una buena microbiota, desde una perspectiva algo más evolutiva. No hablaremos de cepas, sino de grupos funcionales y de mantener el equilibrio entre ellos.
Vamos allá.
Aunque también son virus y otros microorganismos, la microbiota se compone principalmente de bacterias.
A día de hoy se estima que su número iguala al número de células que tenemos. Así que son unas cuantas.
¿Pero qué es lo que nos interesa de las bacterias? ¿Por qué son tan importantes para nosotros? ¿Por qué debemos cuidarlas y recuperar el equilibrio de estos seres vivos? ¿Y qué significa recuperar el equilibrio?
Lo primero que tenemos que hacer para enfocar el punto de vista de la naturaleza es dejar de hablar de las bacterias como “ellas” y entender que forman parte de “nosotros”.
Debemos entender el concepto de “holobionte”, como una sola entidad. El holobionte hace referencia al huésped y a las bacterias que viven en él, como una sola unidad evolutiva.
Independientemente de que evolucionemos juntos o no (hay biólogos que defienden una postura y hay biólogos que defienden la otra), lo que nos interesa aquí es que nos ayudamos mutuamente.
Se da lo que se llama una relación mutualista. Yo hago algo por ti y tu haces algo por mi.
Es como un trato.
¿Y qué nos interesa a nosotros como parte interesada? Pues símplemente que estos microorganismos cumplan con su parte del trato.
Que la microbiota nos dé lo que nos interesa recibir recibir de ella.
Lo que buscamos de la microbiota, es que aporte todo aquello, que nuestro cuerpo espera recibir de ella, para poder funcionar correctamente.
¿Y qué es lo que esperamos recibimos de ella?
Aquí es donde entran en juego los grupos funcionales.
Podríamos clasificar a estos microorganismos en grupos funcionales. Esto quiere decir que los podríamos agrupar en función de aquello que aportan a nuestro organismo.
Para que te hagas una idea, tenemos unas cuantas bacterias que sintetizan vitaminas del grupo B. ¿Y cuántas tenemos que tener de este grupo? las suficientes para abastecernos de aquella cantidad de vitaminas B que necesitamos.
Otro grupo funcional, produce vitaminas del grupo K. Y lo mismo, de este grupo necesitamos tantas para abastecer a nuestro cuerpo de la vitamina K que espera recibir.
Otro grupo produce ácidos de cadena corta, como el butirato. Sabemos que esta grasa podría ayudar a mantener fuertes las uniones estrechas de los enterocitos, las células del intestino. Pues de estas, vamos a necesitar unas cuantas también.
Otro grupo podría ayudarnos a la protección frente a patógenos. Por ejemplo segregan citocinas ante la presencia de alguna bacteria patógena y estas citocinas participarían en algún proceso inflamatorio para luchar contra estos patógenos. Es decir que este grupo podría ayudar a nuestro Sistema Inmunitario en tareas de defensa.
Y hablando de Sistema Inmunitario, las bacterias son seres vivos. Y también evolucionan. También existe selección natural para ellas. Que exista selección natural significa que unas tienen más probabilidades de morir o sobrevivir debido a diferencias entre ellas.
Si nuestro cuerpo tiene un Sistema Inmunitario que ataca a agentes externos, como podría ser una bacteria, ¿por que estas bacterias, nuestra microbiota no es eliminada por nuestro Sistema Inmunitario?
Pues sencillamente porque estas bacterias han evolucionado tranquilizando al Sistema Inmunitario del huésped, para no ser atacadas. Es decir, tranquilizando a nuestro Sistema Inmunitario. Y esas son las que han sobrevivido y se han reproducido, las otras han sido atacadas y eliminadas.
Así que ya tenemos otro grupo funcional, el que tranquiliza a tu Sistema Inmunitario haciendo que sea menos agresivo. Podría ser útil si tratamos de trabajar algún problema autoinmune.
¿Y cuántas bacterias necesitamos de este grupo? El idóneo. La cantidad correcta.
Necesitamos el número correcto de bacterias para cada uno de estos grupos.
Ahora la pregunta del millón. ¿Cuál es el número correcto? ¿Cuántas bacterias debemos tener de cada grupo para que aporte a nuestro cuerpo aquello que necesitamos?
Para responder a esta pregunta, tenemos que saber cómo crecen o disminuyen estos grupos. Es decir, cómo aumenta o se reduce la población de bacterias de un grupo determinado. Y esto nos dará una respuesta.
Como todo ser vivo, los microorganismos se alimentan, utilizan aquello que han comido para nutrirse y lo que sobra, lo eliminan como desechos.
Para que lo entendamos: Comen y hacen caca. Pues sus cacas son todas esas moléculas que nosotros utilizamos como las vitaminas B, las vitaminas K, el butirato y todas esas moléculas que dejan por nuestro cuerpo y que la selección natural, la evolución ha hecho que las aprovechemos.
¿Y qué comen las bacterias?
La microbiota intestinal, con una importancia tremenda en nuestra salud se alimenta de lo que hay en tu intestino. De lo que comes.
Es que es precisamente nuestra dieta el principal condicionante de qué grupos funcionales crecen y cuáles se reducen.
Así que tienes que alimentarlas a todos los grupos en su justa medida.
El grupo que alimentes crecerá. El que dejes de alimentar se reducirá.
Si dejas de alimentar al grupo que sintetiza vitamina K, tendras menos de esta vitamina. Si dejas de alimentar al grupo que produce butirato, te podrá faltar butirato.
Por otro lado, si alimenta en exceso a un grupo, ese grupo podrá crecer exageradamente.
Es decir, si comemos mal, con el tiempo produciremos disbiosis. Disbiosis es como se llama a este desequilibrio en grupos funcionales bacterianos.
¿Y cómo tienes que alimentarlas? ¿Qué les tienes que dar de comer?
Pues desde la perspectiva que defiendo cuanto más se parezca una dieta a la que debería seguir un animal, en este caso nosotros, cuanto más se parezca una dieta a la original, más se parecerá el perfil bacteriano a aquel que nos corresponde como especie.
Comes ¿Galletas y spaguetti? ¿Perritos calientes, kebabs y cerveza? ¿Pan?
¿Crees que es esa la comida con la que ha evolucionado tu especie? ¿Es esa comida con la que han evolucionado nuestros antepasados, la comida con la que hemos forjado nuestra especie y nos aporta un perfil bacteriano saludable?
O en cambio se parece más un trozo de carne o pescado salvaje con algo de fruta? Animales de pasto que se han movido y les ha dado el sol. Que aportan una grasa buenísima para sus depredadores.
¿Qué grupos funcionales quieres tener y cuales quieres eliminar?¿Qué perfil microbiano quieres tener?
¿El que corresponde a unas patatas chips, harinas refinadas y bollería industrial?
O prefieres alimentar y tener aquellas bacterias que se alimentan de fruta, verdura y animales de calidad.
Deja que la naturaleza haga su trabajo. Aporta a tu cuerpo aquello que le corresponde y tendrás también las bacterias que te corresponden.
Aspectos de nuestra vida que participan en la calidad de la microbiota hay muchos. El estrés, la actividad física, la carga tóxica son otros, pero la dieta es el principal aspecto que participa en la microbiota de nuestro tracto digestivo. Y esta es la más importante, especialmente la del colon.
Muchos documentos se refieren a la microbiota como el órgano olvidado.
Debemos verlo como otro más de nuestros órganos. Y no podemos estar sanos si alguno de nuestros órganos está enfermo.
Come sano, come paleo. Y los grupos funcionales serán del tamaño que deban ser.
La naturaleza no se equivoca.
Cumple tu parte del trato y las bacterias también lo harán.
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